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M en vaig a escampar la boira

Toda buena accion tiene su castigo

Cuando estábamos en el hotel del otro lado de St. Helier, cada vez que iba al centro pasaba por el hospital central de Jersey. Siempre leía el mismo cartelito pegado en la ventana de la cafetería: “Se necesitan voluntarios.” Pues bien, un día decidí entrar a preguntar. Yo misma estaba sorprendida porque la labor solidaria no es uno de mis puntos fuertes, y menos todavía servir café y sándwiches, pero me pareció que podría ser una experiencia interesante. Fui directo al mostrador y cuando una señora me preguntó que necesitaba, le dije que había visto el aviso en la ventana pidiendo voluntarios. Ese fue  mi primer gran error: usar la palabra aviso en vez de cartel. Eso, sumado a que tengo acento extranjero, fue suficiente para que el lenguaje corporal y la actitud de esa señora cambiaran. Diría que tomaron visos de hostilidad. Me explicó, hablando despacio y enunciando cada palabra como si yo fuera tarada, que no era un trabajo remunerado sino voluntario, mientras me taladraba con su mirada de dragón. Traté de explicarle que entendía la situación pero me puse tan nerviosa que empecé a tartamudear. Y a partir de ahí todo fue cuesta abajo. Me dijo que había otras tareas además de la cafetería, como cambiar las flores de las salas y acompañar a los enfermos (naaahh, no es para mí) y me dio un número de teléfono, sin esbozar ni el fantasma de una sonrisa. Me di vuelta y me fui casi llorando. No esperaba una alfombra roja, pero al menos un trato más amable. Yo fui a ofrecer mi tiempo y mi esfuerzo (¡encima gratis!) y me sentí tratada como 1) idiota, 2) una pérdida de tiempo, 3) inmigrante-invasora-enemiga. Fue una experiencia humillante. No hace falta decir que tiré el papelito con el teléfono y jamás volví a pisar ese lugar. Nunca voy a entender el British stiff upper lip (la famosa flema inglesa mezclada con “genio y figura hasta la sepultura”, ¿capisce?)

Fotos del fin de semana: http://www.new.facebook.com/album.php?aid=46402&l=7e00d&id=681011077

La semana pasada me puse a repasar portugués con la ayuda de un programa llamado Rosetta Stone. Suena gracioso poder hablar portugués en las Islas Británicas pero el tema es que los lunes viene una señora (que sospecho que debe tener mi edad, ¡¡retiro lo de señora!!) y es de Madeira. El primer día me hice la canchera y le dije que me gustaría practicar portugués. El problema es que no le entiendo nada de nada y cuando me habla, lo que dice me suena a “binfjehf guerughefnsfuiegoifn kehfbf”. Y yo la mira con mi mejor expresión bovina y digo “¿Queeee?  A veces capto una palabra clave pero para cuando mi cerebro procesó la frase y la entendí, Susana se cansó y me lo dijo en ingles.  (Aclaro que la paga la empresa).  

El otro día estaba tratando de practicar pronunciación con ese programa y no me salía la palabra “bicicleta”. El programa reconoce los sonidos que emitís e indica si está bien o mal. Si está bien, hace un sonidito agradable y si no, uno tipo “ueeeeeeeee”. Repetí esa palabra varias veces y siempre me salía “ueeeeeee”. Encima, no es una palabra muy difícil que digamos. Raro en mí, perdí los estribos y en vez de decir “bicicleta” dije “andá a la c… de la lora” resultado: “ueeeeee” “ueeeee” “ueeeeee” Terminé a las carcajadas.

El fin de semana salimos, como siempre, a estar en comunión con la naturaleza. Estaba nublado y muy feo pero fuimos igual. La gente está acostumbrada y un poco de agua no la asusta: había algunos corriendo, paseando al bebé, al perro, caminando, etc. Es que llueve tan seguido que si no hacen así, no pueden hacer nada al aire libre. Debe haber un complot en mi contra para “Britishizarme” porque a mí tampoco me molestó. Bueno, hasta que empezó a diluviar y se me mojaron las botas y los dedos me quedaron macerados. No tenia medias secas de repuesto pero si un paraguas plegable. Yo me empapé de la rodilla para abajo pero Sean, que galantemente me cedió el paraguas (a lo mejor, porque era rosa) estaba totalmente ensopado.  Pero fue divertido. Y como compensación, comí torta de chocolate. Nunca tan merecida.

Dora

Dora
http://www.flickr.com/photos/12872828@N05/sets/72157606403280379/

He vuelto al ciberespacio después de haber estado unos días en Dallas. Aproveché para comprarme una mochila súper top y botas Merrell de trekking para usar en Jersey. Ahora parezco Dora la Exploradora pero con unos cuantos kilos de más (y sin Diego.) (VER FOTO ARRIBA)

El domingo pasado nos lo tomamos con calma y en vez de hacer una gran excursión, decidimos caminar hacia el norte por la playa con marea baja. No me puse protector solar y a la noche parecía un panda colorado: tome sol con anteojos. A los 4 km paramos a almorzar en un pub. Después, nos sentamos al solcito a descansar. Como yo tenía frio (la aguafiestas de siempre), emprendimos la retirada. A mí me preocupaba que subiera la marea y nos quedáramos atrapados dando la vuelta a una “cabeza de playa” (o beach head). Puse mi destino en manos de mi marido, que estaba confiado de que no pasaba nada y fuimos  a la playa. Al ratito escuche un grito, me di vuelta y vi que un hombre nos hacia señas desde la terraza de su casa (que daba al malecón, sobre la playa.) Entre en pánico porque pensé que nos avisaba que era peligroso e inmediatamente quise volver. En esas situaciones, Sean pierde la paciencia en un cuarto de segundo y empezamos una “amable” discusión. Al final, terminamos yendo hacia donde estaba ese hombre. Resultó ser un compañero del laburo que reconoció a Sean ¡y nos estaba llamando para tomar unas cervezas!

Mas fotos en http://www.flickr.com/photos/12872828@N05/sets/72157606403280379/ 

Sambeando en la bahia de St. Ouen

Sambeando en la bahia de St. Ouen

El viernes fuimos a un recital de samba en una especie de anfiteatro natural con vista a una bahía. La idea era festejar el solsticio de verano al atardecer, mirando como el sol se pone en el mar. Lástima que estuvo nublado. Pero la vista era espectacular. Compramos sándwiches y bebidas en el supermercado y llevamos un toallón playero para sentarnos en el pasto húmedo. Se notaba que la mayoría de la gente era del lugar porque muchos se conocían y, además, porque estaban bien equipados. Algunos eran picniqueros profesionales, con mesa y sillas, incluso bandeja de quesos y bowls de frutillas (a la Jordana). La pasamos bien, tranqui, sentados en el pasto charlando.

Sean hizo un comentario que me causó gracia. Parece que cuando vamos por un camino angosto y viene alguien de frente, yo espero a último momento (según él, para mí es una distancia razonable) para correrme en vez de comenzar a correrme cuando estoy a 20 metros de distancia. Eso confunde a la gente, que no sabe para qué lado correrse. Aparentemente, no sigo las reglas no escritas del protocolo del caminante. Será que la sangre latina se rebela contra la autoridad ¡o que los latinos somos unos improvisados (pero la pasamos mejor)! Jajaja!

 

JERSEY LAVENDER FARMS

 

El otro día fui a una plantación de lavanda. Como era un día fresco y con sol, decidí ir caminando. Tardé 2 horas en llegar. Había poca gente y yo era la más joven por varias décadas. Saqué fotos, compré perfume y pegué la vuelta. Estaba muerta, y cuando estoy muy cansada no puedo tomar decisiones, así que en vez de tomar el bondi de vuelta ¡¡me vine caminando!! En un momento perdí las piernas, no las sentía y me parecía fantástico no desparramarme en el piso. Llegue al hotel famélica y devoré todo lo comestible que encontré en el cuarto. En total, calculo que camine unas seis horas.

El fin de semana pasado fuimos a la casa de mis suegros. Mi cuñada llevo un langosta azul que tenia nombre: Larry the Lobster. Cuando la cocinaron había un olor espantoso a quetejedi sucia. UN ASCO. Por suerte había otra comida.

Otra vez desde Jersey

Otra vez desde Jersey

He vuelto al blog.

Después de pasar un mes y medio en Buenos Aires, volví a Dallas por cuatro días y de ahí, otra vez a Jersey, donde Sean sigue trabajando. Probablemente se quede (bah, nos quedemos) hasta diciembre, con un viaje a Dallas para ver si el departamento sigue en pie.

Aunque el verano está comenzando, los primeros días me congele. Recién ahora puedo salir tranquila en bermudas, remera y ojotas sin riesgo de pescar una gripe. Por suerte los días son divinos, con mucho sol. Para que se den una idea, el clima es como, que se yo, Mar del Plata en febrero: podes ir a la playa pero de repente necesitas una campera. 

El sábado a la noche fuimos a comer a un lugar que le recomendaron a Sean. Se llama Madeira Club y está en un primer piso en una especie de callejón. Había bastante gente porque Portugal jugaba un partido por la Euro Copa y ese lugar es uno de los lugares donde se junta la colonia portuguesa. La comida es simple, con pocos ingredientes, pero muy sabrosa. En un momento, me anime a hablar portugués con la camarera, pero le dije que no me acordaba mucho y que por favor hablara despacio porque su acento me resultaba un poco difícil. Me pregunto donde aprendí: en Argentina con una profesora de Brasil, y me dijo que se notaba porque tenía acento brasileño. Y Sean tiro unas frases en criollo. Así que formamos un grupo muy poliglota: una portuguesa que hablaba inglés con acento británico, una argentina que hablaba portugués con acento brasileño y un galés que hablaba español con acento gringo, todos en un restaurante portugués en el Canal de la Mancha. ¡Otra que globalización, che!

Satan es gay??

El otro día, durante un almuerzo con mis compañeras de tenis, una preguntó que planes teníamos para el verano. La respuesta más interesante fue la siguiente:

Nancy- Estoy entre ir a Grecia o a una misión con la iglesia a Inglaterra.

Yo- ¿A Inglaterra? - – me quedé perpleja porque para mí, las misiones son a lugares pobres, a llevarles alimentos y ropa, según la experiencia que tengo del colegio de monjas. Además, me puse a pensar qué lugar de Inglaterra podría ser tan pobre que necesite una misión religiosa de Texas.

Nancy- Si, a un pueblo llamado Hebden Bridge en Yorkshire.

Yo- Ah, ¿sí? ¿Y qué va a hacer ahí?

Nancy- Es que hay mucha perversión.

Yo- ¿A qué te referís?- yo me imaginaba una comunidad de pedófilos o algo así de terrible.

Nancy- Si, perversión… como en San Francisco – y se puso toda colorada, se ve que la conversación la ponía incomoda. Ahí me cayó la ficha.

Yo -¡Ah! ¡Querés decir que hay gays!

Nancy (roja como un tomate)- si. Y además, hay mucho satanismo.

Veronica- ¡Ay, pará, que se me pone la piel de gallina!

La verdad, tuve que hacerme un nudo en la lengua para no reírme a carcajadas. ¡Que les importa en Texas si en Inglaterra son homosexuales!!!!!!!! ¿¿Por qué esos fanáticos religiosos no hacen algo realmente útil en vez de meterse en la vida privada de la gente???? Pero la frutilla del postre fue lo del satanismooooooooooo. ¿¡Donde me trajiste, Sean????!!!!!

 

Hoy jugamos otro partido de tenis y ganamos (es mi cuarta victoria consecutiva!!). Como no habia nada para marcar los tantos, se me ocurrio escribir los resultados en una hoja de papel. Use el sistema que se usa para el truco: cada punto ganado es una linea que forma un cuadrado con la quinta linea en diagonal. Bueno, ninguna de las otras jugadoras habia visto algo asi y estaban fascinadas con el sistema...¡¡jajaja!!

Quiero salvar al mundo pero no me dejan

Los que me conocen, saben que no suelo engancharme con las grandes causas a favor de la humanidad. Pero esta vez decidí poner mi granito de arena y tratar de reciclar papel y plástico. No tengo idea de las estadísticas mundiales pero sí sé que el plástico contamina mucho y que se cortan millones de árboles para producir papel. Lo que impulsó esta idea fue observar que cada vez que iba al supermercado, volvía con doscientas bolsitas porque ponen uno o dos artículos en cada una. (La vez que le pedí a la cajera que llenara bien cada bolsa, me miro como si fuera de Marte). La mayoría iba a parar a la basura porque no llegaba a usar las bolsas que tenia, que tenia que volver a hacer las compras.

 

Lo mismo con el papel: se derrocha una inmensa cantidad de papel en folletos y catálogos que no le interesan a nadie pero que las empresas mandan igual.

 

Lo que hice fue juntar todo lo que sea de plástico por un lado, y todo el papel (guías de teléfono viejas, folletos, etc.) por el otro, y buscar lugares donde reciban esos materiales.

Y también compré unas bolsas para las compras, así no uso bolsitas de plástico.

 

No hay mucha conciencia por el medio ambiente en este país de derrochones. No les importa nada, con tal de tener la panza llena (o panzota, según el caso). Terminé escribiendo un email a la municipalidad preguntando por lugares de reciclado y me mandaron un link con información, pero no funciona.

 

En la página de una cadena sueca de muebles, Ikea, decía que la empresa se preocupa por el medio ambiente y provee containers de basura donde uno puede depositar papel, plástico y vidrio. Buenísimo, pensé, en Europa es obligatorio reciclar, y como es una empresa europea, trajeron esa filosofía a los EE. UU. Cargué las bolsas de basura en el auto y fui a Ikea (es como ir a Easy, es enorme). Di dos vueltas completas y no encontré los dichosos containers. Por que no son containers. Son tachos de basura chiquitos, que tenían menos capacidad que las bolsas que tenia yo en el auto. Qué bronca y qué ganas de hacerme perder el tiempo (y nafta, que ahora está carísima). La cultura será europea, pero la falta de interés es made in America.

 

Ya sé que lo que yo haga no va a tener absolutamente ningún impacto, pero al menos tengo la conciencia tranquila de que trato de hacer algo en beneficio de la humanidad.

 

Mientras tanto, sigo buscando algún lugar que reciba mi papel y mi plástico.

 

P.D.: ¿Será una buena idea importar cartoneros desde Argentina? Total, reciclan gratis.

  

Las leyes de Murphy no fallan

El domingo me compré una raqueta nueva y tenía muchas ganas de usarla. ¿Qué pasó? esta semana llovió y nevó y obviamente se suspendieron partidos y entrenamientos. ¡Tíiiiiiipico!!! Lavas el auto y llueve, te compras un paraguas y sale el sol. Veremos cómo viene el tiempo la semana que viene ...jajaja!

Ganamos!

Hoy empezó el torneo de tenis y ganamos Chulo en el tercer set 2-6, 7-5, 6-4. Ahora si me hice merecedora de una raqueta nueva!!

Nuestra última foto

Nuestra última foto

Esta es la última foto que nos sacamos en Jersey, ya que al día siguiente volví a Dallas.

El vuelo era a las 7 de la mañana y como uno tiene que estar como dos horas antes en el aeropuerto, llegamos a las 5:30. Con desvío y todo, llegamos en 15 minutos, un placer. Descargamos mi equipaje y fuimos a la terminal de salidas. La puerta automática no se abrió. Probamos otra y nada. Golpeamos el vidrio y los de seguridad no nos escucharon. Justo pasaba un señor, que nos dijo que el aeropuerto abre a las 5:45!. Fuimos al auto a esperar porque hacia una flor de rosca. Yo era la primera en la fila de British Airways, ¡y ni siquiera estaba el personal de tierra! El personal de tierra consitia en un adolescente granujiento con una mala onda infernal. Por ejemplo, le pedi pasillo y me dio ventanilla. Pero lo bueno es que cuando fui a embarcar y escanearon mi pasaje, salio el nombre de otro pasajero ( ¡a menos que mi identidad secreta sea Robert Cochrane! jaja!) Como estaba sobrevendido, me subieron a clase ejecutiva!! ¡¡Chupate esa mandarina, pendorcho granoso!!

En Gatwick (aeropuerto de Londres) tuve que tomar la conexión a Dallas y volver hacer el check-in con American Airlines (que es un dolor de huevoooooooosssssss) y pasar por seguridad. Cuando llegué a la puerta de embarque, los de American Airlines (lo hacen en todos los aeropuertos extranjeros) te vuelven a hacer las mismas preguntas de seguridad y te revisan el equipaje de mano. Ya tenía los gobelinos al p[lato y le dije, con una sonrisa, "Miráa, este es el tercer cheque que me hacen en menos de dos horas (contando el de Jersey). Te juro que no tengo nada", y la señora tenía buena onda (por eso me arriesgué) y me dijo que estaba bien, que pasara nomás. Ojalá en Yanquilandia fueran asi de amables y comprensivos.

Alrededor de la isla, hay rutas marcadas para los que quieren caminar. Uno de esos caminos esta marcado a lo largo de la costa, que no es de playa sino acantilado. La vista es hermosísima: por un lado, salvaje, con las olas del Atlántico golpeando las rocas, y por el otro, civilizada, con los carteles que indican por dónde ir.

Como se aprovecha cada metro cuadrado de tierra cultivable, en ciertos lugares teníamos el mar de un lado del camino y cultivos de papa del otro. Nos tocó un día de sol increíble. Íbamos disfrutando de la vista, la tibieza del sol y el aire puro y salado del mar. Hasta que sentimos un olor a cloaca inmundo. Resulta que un señor estaba abonando sus plantitas con cacona de vaca. Nadie usa fertilizantes artificiales, que está muy bien, pero el olor era insoportable. Nauseabundo.

La caminata duró una hora y media. En línea recta, no es mucho, pero el camino subía y bajaba y sentía como se disolvía la celulitis de tanto trepar. En mi cabeza, porque a la noche me fijé y seguía ahí. Llegamos al otro lado muertos de hambre y sed. Yo comí como si fuera el fin del mundo, incluyendo torta de chocolate. Además, acá hacen las mejores papas fritas. Total, teníamos que volver al auto por el mismo camino.                                                                                            

Ayer fui hasta St. John’s village, un pueblito típicamente inglés que queda al norte; por suerte el camino “campo adentro” es llano. Volví en bondi. Cada parada está identificada con un número de cinco cifras. Vos mandás un mensaje de texto con ese número y recibís un mensaje con el tiempo de espera hasta el próximo colectivo. ¿Qué talco?

Jersey War Tunnels

Jersey War Tunnels

Me di cuenta de que tuve que ajustar mi vocabulario para referirme a ciertos aspectos de la isla. Como es muy chica y no queda mucho espacio libre, a lo que normalmente me referiría como “estancia”, por ejemplo, acá debería decir granja; en vez de “plantación”, debería decir parcela cultivada, en vez de “(cientos de) cabezas de ganado”, debería decir ocho o diez vacas abrigadas con una especie de sobretodo.

El sábado fuimos a un pub ver el partido de Gales contra Inglaterra por el torneo Seis Naciones de rugby. El pub era antiguo, aunque en la foto no se puede apreciar bien. Sean se había puesto la camiseta de Gales, imposible de disimular porque es roja ( además, también es imposible disimular a Sean!! Jaja!!). A la gente no le interesaba mucho ver el partido porque no son ingleses, son Jerseymen, como si fueran de otro país.  Había cuatro o cinco tipos mirando e hinchando por Gales. Después, me cayó la ficha: no hinchaban a favor de Gales sino contra Inglaterra. Eran irlandeses. ¡Qué complicado el tema de las rivalidades nacionalistas! Debo admitir que yo también hinchaba por Gales (en ausencia de los Pumas, OBVIO).

Ayer fuimos a ver los Jersey War Tunnels. Consiste en una red de túneles construida por los alemanes para defensa pero decidieron usarla como hospital. No llegaron a usarlo, ni siquiera está terminada, se pueden ver los túneles a medio cavar. Para la construcción, emplearon mano de obra esclavizada, o sea, prisioneros de guerra rusos, polacos, judíos, deportados franceses, republicanos españoles que habían quedado detenidos en Francia (Nota para los Noguès: seguramente algunos de esos españoles estuvieron en Argeles sur Mer con el abuelo, es más, hasta él mismo podría haber terminado acá ¡y ninguno de nosotros existiría!). Muchísimos de ellos murieron de hambre y agotamiento por los maltratos sufridos.Al ser un hospital, todo estaba pintado de blanco. Dejaron algunos espacios originales, como el quirófano. Más que quirófano, parecía una sala de torturas comparado con los hospitales modernos. También armaron exhibiciones con objetos de uso diario que donaron los pobladores, fotos, cartas, uniformes, armas, etc. Todo está armado con mucho respeto y, si se quiere, con buen gusto, pero a pesar de todo la atmosfera es bastante opresiva. No solo porque estaba a 33 metros bajo tierra, sino por lo que significa el lugar. No me daba para sacar fotos, aunque algunas personas iban jorobando como si fuera un picnic. Una de las cosas más interesantes que vi fue una máquina Enigma original. Es la que usaban los nazis para mandarse mensajes crípticos. Seguro que en alguna película o documental del History Channel la vieron, es como una máquina de escribir con unos engranajes de metal. A los Aliados les costó años descifrar esos mensajes.

Descubrí una nueva adicción: té con Devon scones untados con mermelada de frutilla y crema batida.

Ahora si me compre zapatillas. Ayer Sean cambio mi pasaje para el 17 de febrero. Me duelen mucho los pies porque todos los dias camino por lo menos dos horas y me traje solamente botas, que son comodas pero no para tanta caminata.

Jersey

Jersey

Estoy escribiendo desde la isla de Jersey, en la Canal de la Mancha. Jersey, junto con otras islas, es una dependencia de la Corona Británica; no es una colonia ni una provincia. Imprime su propia moneda, la libra, pero con otro diseño, y tiene su propio gobierno. La isla está situada en el Golfo de St. Malo, a 160 km del sur de Inglaterra y a 22 km de la costa de Normandía (Francia). Es súper chiquita: tiene 14 km de largo, 8 km de ancho y una superficie de 72 km cuadrados. Pero parece mucho más grande cuando uno va de un lugar a otro: tiene una red vial de 560 km en total. Estamos acá porque Sean está trabajando para Jersey Telecom y yo estoy de visita.

Este conjunto de islas está habitado desde la Edad de Piedra. Como dijo mi papá: ¡¡imagínate la cantidad de caca que hay mezclada en la tierra!!¡¡ Jajaja!!Todavía quedan dólmenes y monumentos de esa época. Lamentablemente, no los he visto porque ahora, en invierno, está casi todo cerrado. También hay rastros de ocupación romana. A lo largo de los siglos, Jersey y las demás islas han sido conquistadas, invadidas y ocupadas por Inglaterra y Francia alternativamente. Eso dejó una profunda huella en la cultura y la arquitectura. Hay edificios de todos los estilos: francés, victoriano, georgiano, castillos, fuertes, torres de vigilancia en la playa. La última ocupación, y la que está más fresca en la memoria colectiva, es la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial. Duró cinco años, de 1940 a 1945. La historia de la ocupación alemana es larga y muy interesante. En la calle, hay placas de bronce o mármol que recuerdan, por ejemplo, el lugar donde anunciaron la liberación, o a acciones heroicas de los isleños que resistieron a los nazis. O a los que fueros fusilados por resistir a los nazis. O a los que fueron deportados a campos de concentración por resistir a los nazis. Todavía se pueden ver las torres de cemento (horribles) que construyeron para vigilar las playas, las baterías de cañones anti-aéreos y anti-barcos que instalaron en los acantilados, y los túneles y bunkers fueron convertidos en museos (que todavía están cerrados porque es temporada baja). La historia de este lugar es muy interesante y muy larga, así que voy a parar acá porque puedo estar todo el día con ese tema.  

Otra característica cultural interesante es que, desde hace décadas, Jersey atrae inmigrantes portugueses y, últimamente, polacos. Uno va por la calle y escucha gente hablando en inglés, algo de francés y mucho portugués y polaco. Ayer tuve la oportunidad de usar el poco portugués que aprendí cuando le pregunté a una chica que estaba limpiando las mesas en un café donde estaba el baño. Me dijo que no hablaba inglés pero le contesté que podía hablarme en portugués. ¡Para qué! Me tiró una frase larga e incomprensible, pero como yo me metí en ese berenjenal, afiné las antenas y capté lo esencial: escalera, arriba, restaurant, izquierda. Y le dije “Muito obrigada”. Y llegué lo más bien. Yo había tomado clases con una profe brasileña, pero en Portugal tienen otro acento, mucho más cerrado y con mucho sonido sh, y me cuesta bastante entender.  

La foto la sacamos en Gorey Harbour, una de las bahías. La vista es impresionante. También subí más fotos en la sección Enlaces.  

Hallowe'en

Hallowe'en

El sábado nos invitaron a una fiesta de Hallowe’en en la casa de unos amigos de amigos. Yo tenía cero ganas de ir porque no me gusta disfrazarme y además porque no comparto el entusiasmo de los adultos por este festejo, ya que nunca celebramos Halloween en Argentina. pero Sean quería ir, esencialmente para ver como era la casa. Me cargaba diciendo que para mi, ir a esa fiesta era como ir al dentista.

Ese día a la mañana fuimos a un negocio de disfraces y me compré una vincha con cuernitos y una cola de vinilo roja. Listo, eso y ropa negra: mini y botas, fue mi disfraz. Sean no encontraba nada y a mí se me ocurrió que fuera de vampiro con un sombrero de cuero y un sobretodo suyo largo. A eso le agregó una máscara y parecía Darkman. Nos disfrazamos prácticamente con nada y nos salió bien.

Hubo bastante gente, mucho alcohol y música de mierda (puro techno o hip hop). Como es nuestra costumbre, nos quedamos un tiempo prudencial, para quedar bien, y luego rajamos.

Zapallo de Halloween

Zapallo de Halloween

El otro día nos invitaron a una reunión en casa de amigos para calar zapallos halloweenescos. Yo no sabía, pero es una tradición más de estas fechas. La cosa es así: te juntás con amigos, agarrás un zapallo, le cortás una tapita, y le sacás las semillas y un poco de pulpa. Con un marcador o un punzón marcás el diseño que te gusta y lo calás con una sierrita. Cuando está listo, le ponés una velita, apagás la luz y decís aaaaaaaahhhh que liiiiiiiiiiiiindo.

La idea es que cada uno se lleve el suyo a su casa y lo ponga en la entrada o en algún otro lugar destacado hasta que se pudra, pero los nuestros fueron directo a la basura. Yo hice un fantasmita tipo Gasparín y Sean hizo un barco pirata super elaborado. El dueño de casa no perdió tiempo con sierritas: ¡usó un taladro eléctrico!

Hay fotos en la sección Enlaces.

Aventura religiosa

El domingo pasado, 7 de octubre de 2007, Sean y yo fuimos a un servicio religioso en una iglesia llamada Oak Cliff Bible Fellowship, invitados por la novia de un amigo que desde hace muchos años concurre a esa iglesia. No fuimos movidos por fervor religioso sino más bien por curiosidad.

            Debo admitir que no fui con la mejor predisposición porque tuve que “madrugar” el domingo, para llegar al servicio de las 11 (porque ni loca iba al de las 8), tuvimos que levantarnos a las 9 y como se nos hizo un poco tardón, no desayunamos. O sea, mi glucosa estaba baja y mi mal humor, alto. Y además tuve que vestirme bien, con tacos y todo, porque las reglas de etiqueta no permiten los jeans.

            La iglesia, como la gran corporación que es, ocupa varios terrenos. De un lado está el edificio de la escuela dominical, oficinas, salones, playas de estacionamiento, etc., y del otro lado de la calle, el templo propiamente dicho.  La organización fue impecable: dos policías controlando el tránsito, tipos con remera amarilla con el logo de la iglesia organizando el estacionamiento, voluntarios que entregaban folletos y recibían y acomodaban a la gente. La gran mayoría de los feligreses, cantantes y pastores era de raza negra, vestidos con sus mejores galas dominicales, algunas señoras llevaban sombreros y todo. La atmósfera era la de una gran reunión de amigos y familiares.

            Entramos al gran salón. Era un anfiteatro enorme, creo que tiene una capacidad para 2.000 personas. En vez de altar, hay un gran escenario en tres niveles: en el de arriba de todo, más chico, está la pileta para los bautismos, en el del medio está el coro y la orquesta, y en el de abajo, más grande, es para el pastor. El coro tenia 20 o 30 cantantes, vestidos con túnicas bordo con mangas blancas.  

            El servicio, que duró un poco más de dos horas, empezó con los bautismos. Un pastor les preguntaba a los candidatos si querían ser bautizados, básicamente, y ¡splash! al agua pato. Después, siguieron unas canciones cantadas por el coro y el cantante principal, que, de paso, predicaba.  Eso me gustó porque el tipo cantaba muy bien, el coro también, y entraron unas bailarinas vestidos con una túnicas medio africanas, supongo que para honrar sus raíces.  Fue un lindo show, bien yanquilandia, bien organizado, bien pensado, bien prolijito. Luego, lo equivalente a los anuncios parroquiales. Esto me convenció de que es un gran negoción ser pastor: octubre es el mes nacional del pastor y los voluntarios alentaban a los concurrentes a demostrar su aprecio y les dieron una lista de ideas para regalarles a él y su esposa, la primera dama (y no es joda, la llaman así): $31, o sea, un dólar por cada año de matrimonio, un voucher para algún restaurant, un día de spa, un fin de semana en un hotel, etc., etc. ¡Que caraduras! Dos miembros de la congregación subieron al escenario para dar discursos de agradecimiento al pastor y a su mujer por su trabajo, dedicación, etc., etc. Me pareció chocante que una gran parte del servicio y de la vida de la congregación girara alrededor de la persona del pastor, que es un tipo como cualquier otro con mucha labia que tuvo la viveza de fundar sus propia iglesia.

            Después, los voluntarios distribuyeron las hostias para la comunión en bandejas y cada uno agarraba una, junto con un vasito, como los de tequila, con vino rebajado con agua. Las hostias eran cuadradas como un chicle Adams. Yo pasé la bandeja sin tocar nada. Será por tantos años de adoctrinamiento (¡ja!) pero no me parecía correcto que no estuvieran consagradas, no me parecía serio, es más, si tomaba una, era una especie de traición.  

            Después de una hora de paveo apareció el pastor para dar sus sermón. Me olvidé de mencionar que había un equipo de televisión filmando todo y se podía seguir la acción en dos pantallas gigantes ubicadas a cada lado del escenario. Realmente tengo que reconocer que el tipo era un gran showman, muy carismático y sabía captar la atención de la gente, pero no me cautivó, es más, algunas cosas que dijo me parecieron grandes tonteras, pero la gente estaba chocha. Al final, invitó al que sentí el llamado de Dios a acercarse al escenario-altar y rezar. Dijo una oración como bendición y algunos de los que estaban ahí empezaron a llorar, a contorsionarse y finalmente se cayeron al suelo. Todos convencidos de que Dios los tocó, pero a mi no me engañan (ni me enganchan otra vez), es todo psicológico.

            Como experiencia, fue muy interesante, hubiera sido mejor comer algo y bostezar menos, pero así es la vida. Ahora puedo añadir una más a la lista de experiencias que no quiero repetir.

           

P.D 1: Salimos rajando y llegamos justo para sentarnos a ver el gran triunfo de los Pumas. Eso me tuvo más preocupada toda la mañana que si mi alma va al cielo o al infierno.

 

P.D. 2: Este es el link al sitio de la iglesia: http://www.ocbfchurch.org/  Sin palabras.

Tenis

Ayer jugué mi primer partido del torneo. Obviamente, perdimos, pero no esperaba ganar, solamente divertirme. Me mandaron al doble 1, o sea, al muere, jaja! Estaba un poco nerviosa, pero cuando empezamos a perder y las rivales eran claramente superiores, me relajé, jaja! e hice un par de puntos lindos.

Jugamos en el club y spa del Four Seasons, y fue una experiencia cinco estrellas. Por empezar, como están en obra, nos llevaron desde la entrada en carritos de golf hasta las canchas y dejaron algunos a nuestra disposición. Una organización espectacular: gente yendo y viniendo con planillas chequeando que todo estuviera en orden, heladeras con bebidas y frutas para las jugadoras, barritas de cereales (power bars) y una heladerita con "cold rags" toallitas puestas en hielo, asi te refrescas cuando terminas de jugar. Un placer total. Quiero ser millonaria!!! jajaja!! Chulo

 

La cabeza del Papa

El viernes a la noche decidimos probar un restaurant italiano que no conocíamos llamado Buca di Beppo.   Cuando nuestra mesa estuvo lista, una amable chica nos guió. Como era nuestra primera vez, nos hizo un tour, empezando por la cocina.  Todavía no se que dijo porque hablaba rapidísimo.  Sean me decía “ni idea, pero seguile la corriente”.   

Ahí fue cuando lo vimos.  Nuestra hostess nos llevo a una salita circular para eventos especiales.  En el medio, había una mesa redonda para 12 o 14 personas. Y con orgullo lo señaló.  En el medio de la mesa, un busto del Papa, sobre una bandeja giratoria para que lo puedan ver todos. Largué una carcajada instantánea.  ¡Que mal gusto! ¿Quién puede comer con la cabeza de un papa mirándote fijo? Las paredes estaban decoradas con fotos de papas, curas, monjas, etc.   Y en el extremo opuesto a la entrada había un trono (gracias a Dios, vacío). ¿Seria el trono de San Pedro? 

Al fin llegamos a la mesa. Necesitamos unos minutos para serenarnos antes de leer la carta porque estábamos tentados de la risa.  

Y llegó ella. Nuestra camarera parecía una modelo.  Pero no por su belleza o su físico escultural, sino porque en vez de cerebro tenia un túnel de viento. Transcribo partes de diálogos: 

- Ay, hablas con acento (a Sean).

- ¿Yo? Noooooo.

- Si, parecido al británico (What???? Cómo parecido?? )

- Bueno, hago lo que puedo.

- ¿Cuánto hace que vivís acá?- 28 años.- A esta la altura, entre el Papa y la tomada de pelo, yo no podía más de la risa.

- Ay, pero no tenés acento americano.

- ¿No? Pero mira que cuando voy a mi país, me dicen que hablo como un americano. 

- ¿De donde son?

- Mi esposa es de Argentina (cara de nada, ¿es otro planeta?) y yo, de Gales.

- Ah, ¿Dónde queda Gales?

- Entre Inglaterra e Irlanda.

- ¿Es un país?

- Y, más o menos.

  Con esta respuesta, la única neurona se le empastó. Pobrecita. Esta chica venia a cada rato a preguntar cualquier pavada con tal de escuchar el acento de Sean. O a lo mejor se lo quería levantar. Quien sabe. Pero a mí no me dio ni la hora.  Hasta me daba la espalda cuando hablaba con Sean y yo le estaba pidiendo algo.  ¡Ni siquiera levantó mi plato!  Esa noche tuve miedo de cerrar los ojos y que se me aparezca el Papa.  Por suerte, no, pero casi

South Beach

South Beach

Este fin de semana fuimos a South Beach, Miami, con unos amigos aprovechando que el lunes fue feriado. En varios aspectos, este fue un viaje O'Reilly. El resto del tiempo, hicimos cosas de gente normal.

Ejemplo hotel: nuestros amigos se alojaron en el Essex House Hotel, pero a Sean no le gustaron las críticas que leyó en los sitios de turismo porque decían que el baño era chico o estaba sucio y reservó en el Bentley Hotel, en Ocean Drive, frente a la playa. Nuestra suite era divina, con un baño espacioso, pero ... la entrada del hotel consistia en un bar abierto todo el dia, con música hip hop a todo volumen, por lo tanto, nuestra habitación hacóa bum bum bum hasta las 3 de la mañana. Y al entrar o al salir, éramos las únicas dos moscas blancas, el resto era de café con leche para arriba, y todos vestidos bien nabos como en los videos de MTV: varias cadenas doradas, grills en la boca (son como fundas de metal dorado y a veces piedritas de colores que cubren los dientes), pantalones caidos por la mitad del ojete, un horror.

Ejemplo caminata nocturna: El sábado a la noche teníamos que encontrarnos con los demás en el Rose Bar (en el Delano Hotel, donde van los famosos y donde han grabado capitulos de CSI Miami). Como el tránsito era imposible (como en Alem en pleno enero en sus mejores épocas), Sean pensó que caminando llegábamos más rápido. Salimos un poco tarde y caminamos bien rápido. El tema era que hacia calor, había humedad, y transpiramos a lo loco. Yo tenía un vestido y tacos altos y Sean camisa y pantalón de vestir. El resultado fue pies ampollados (yo) y los quetejedi paspados (yo no!). Al dia siguiente, yo, la menos averiada, tuve que salir a buscar una farmacia para comprar ¡¡curitas y talco!!!