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M en vaig a escampar la boira

Home sweet home – III parte

Home sweet home – III parte

Estoy de vuelta en Jersey (después de un largo viaje). Fue como volver a casa. El problema es que ya van tres hogares y ¡se me hace un lio bárbaro! Lo peor es cuando estoy segura de que guardé algo en determinado cajón y cuando voy a buscarlo, no está. Claro, era el cajón correcto pero en el país equivocado.  

En Migraciones en Londres me advirtieron que si seguía quedándome en el territorio, iba a tener que pedir una visa de residente… ¡jaja! No es chiste. Y en Jersey tuve que demostrar que vivo en EEUU, porque también pensaban que venía a quedarme. Estoy en una especie de limbo migratorio.  

Ayer, fuimos a comprar comida china y el dueño le dijo a Sean – ¡Cuánto hace que no te veía! ¿Te fuiste a pasar las fiestas afuera? –. Hace tanto que estamos acá que ya somos (bah, Sean) parte del paisaje. Prácticamente no necesito mapas para moverme en la isla, y eso, viniendo de mí, significa mucho, especialmente porque todavía sigo perdiéndome en Dallas.

Hablando de perderse en la calle, Sean me compró un navegador satelital para usar en Dallas. La primera vez que lo usé fue un sábado a la noche. Tendría que haber practicado un poco, porque me confundió más de lo que me ayudó. Con decir que me metí de contramano (unos metros hasta que me di cuenta, di marcha atrás y huí) en una avenida equivalente a Corrientes. Lo bueno fue que eran como las 2 de la mañana y no había tránsito. Será por eso que me confundí. Si veía los autos, no me metía. Sandra, una amiga que estaba conmigo, casi se infarta. Capaz que si hubiera tomado un tintillo, eso no me pasaba. ¡Pero viví para contarlo! En conclusión, necesito un chofer.

1 comentario

romina -

me encanto este racconto de tu "no soy de aqui ni soy de alla". para marearse, realmente! pero gran capacidad de adaptacion tenes, diria yo! baci y a seguir escribiendo